Mar y Cuerpo entre paréntesis

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Ese escrito es una reflexión sobre las búsquedas corporales donde por primera vez tomo conciencia que éstas se ligan al territorio. Desde las montañas, cerca al volcán mis búsquedas se relacionaron con el refugio para el cuerpo y el alma, estar en presencia del mar, me permitió descubrirme como mujer y con un impulso de olas renovado, con las impresiones grabadas más atrás de la retina, con el calor bajo la piel y el suave aire que arrulla ahora me sumerjo en otra experiencia, un inicio de algo que quiero desarrollar más adelante. Esto es "Cuerpo entre paréntesis"

Esta idea surge en el marco de un Laboratorio de creación con el apoyo del Ministerio de Cultura, denominado Laboratorio cartas del mar al galeras, dirigido por el profesional en medios audiovisuales, cine y televisión Juan Pablo Ortiz (Tuchí). La propuesta del laboratorio consistió en la experimentación sonora, donde dos territorios distantes Puerto Palma, costa pacífica colombiana frontera con el ecuador y la ciudad de San Juan de Pasto, pertenecientes a un mismo departamento pero con condiciones opuestas comenzarían un diálogo a través de mensajes, interpretaciones visuales, sonoras o corporales. 







Es así como surge "Cuerpo entre paréntesis" como una propuesta donde en principio se conceptualizaron una serie de sonidos, estos son algunos de ellos:


Conceptualización: Los ritmos oscilantes sonidos eléctricos y oxidados fusionados con las melodías de las luciérnagas, las olas hacen pensar en el cuerpo mecido y suspendido en el agua, los ecos de pensamientos y recuerdos hacen pensar en el refugio, “hay que cuidarse” como una voz eterna y perdida en el tiempo que mece y protege al cuerpo y al alma. Los ritmos sobre el agua, el movimiento de tambores, el fuego crepitar hace pensar en el calor en medio de un ritual infantil, del agua emergen los tambores que invitan al salto, a sumergirse, elevarse y expresar la alegría.

A partir de los sonidos se realizó una coreografía, expresada mediante dibujos, que significan un recorrido por ese territorio imaginario que aunque es invisible, existe. Para mí existió a través de los sonidos que activan la imaginación y me trasladaron a otro escenario. 

Dibujo digital realizado por: Arq. María Alejandra Cardozo

La propuesta se llama cuerpo entre paréntesis porque se pensó en realizar dos estructuras como cuencos con los cuales se idearon distintas formas de interacción, primero como un refugio, luego como una balsa para remitir a elementos que son propios del mar. Se realizó una coreografía en base a este esquema que luego fue llevado a video.



A lo largo del laboratorio la propuesta va evolucionando y los elementos como cuencos se transforman en elementos hechos en tela, que recuerdan a las faldas de las cantaoras, o también a las redes utilizadas para pescar, así un elemento sencillo comienza a adquirir distintos significados. La coreografía se construye a partir de las primeras ideas y en el dibujo se completa. Después en el video se realiza una proyección de imágenes sobre el cuerpo y la tela, siguiendo el esquema coreografico. La herramienta del video hace evidente cómo mi cuerpo no está entrenado para un movimiento fluido, de todas maneras considero importante la búsqueda corporal, para no solamente reconciliarme con mi propia idea de cuerpo, sino para comunicarme con el otro. 



A partir de los sonidos capturados de Puerto Palma, se realizó una composición sonora que funciona para realizar una puesta en escena en conjunto con la proyección del video.


El grupo que compone el laboratorio viajó desde el 6 al 8 de octubre hasta Puerto Palma, lugar que ni siquiera existe en los mapas, pero de una dinámica comercial importante por ser frontera. Estos artistas se encargaron de llevar las obras del laboratorio y buscar una retroalimentación con los habitantes de ese lugar. Los niños son quienes más se involucraron, es satisfactorio ver que algo que ha sido pensado desde la distancia encuentra un eco, una resonancia en un lugar apartado e invisible, es así como surgen puentes, conexiones siendo el arte el que nos permite crear infraestructuras que nos unan, nos reconcilien y nos permitan reconocernos en medio de nuestras diferencias.


Ella es Karen Mancilla, participante del laboratorio quien me ha inspirado a encontrar otras formas de moverme más libres, es interesante haber encontrado una forma de conectar con un territorio y con personas que no conozco a través de un elemento con el cual encuentran una relación. Esto resulta significativo para mí, porque también pienso en una arquitectura debe conectar con quien la habite.


Este post está dedicado a esta búsqueda corporal que se hunde en las raíces del territorio, aunque no he viajado a Puerto Palma, conocí el mar en mi viaje reciente a Cartagena, y eso me permite conectar 3 territorios, la sierra, la costa pacífica y el caribe, lo que significa un descubrimiento de mi propia forma de moverme, de reconocerme en medio del espacio y de poder habitar un lugar que pueda tomar forma a partir de estas exploraciones. Es curioso cómo los laboratorios de arte, a partir de distintos procesos y  con las líneas conceptuales que proponen, permiten desplegar ideas de maneras impensadas, ese hecho de jugar con las ideas, así como experimentar con un territorio hace válido los laboratorios como lugares excepcionales para crear.

Más adelante en el tiempo, surge una reconexión con esta idea, que tomó forma en una instalación, en donde se busca recrear una figura humana envuelta en una tela blanca, que sirve de lienzo para proyectar imágenes y composiciones de colores. Este tipo de sinergias en el arte, permite repensar las obras como producto de procesos colectivos más que de intenciones individuales. Este proceso me permitió entender que una obra puede surgir desde lo espontáneo y una idea puede tener múltiples expresiones en diversos formatos. Incluso el arte se está convirtiendo para mí en contar una historia desde distintos ángulos.


Instalación capullo corporal - Laboratorio cartas del mar al Galeras
Pinacoteca Departamental - 2017

Después de un año de esta experiencia, puedo reconocer cómo el tiempo hace olvidar, las percepciones e imaginarios sobre el mar. Ese cuerpo que busca envolverse en un capullo sigue sintiendo tal necesidad... pueden cambiar las ideas pero las necesidades son las mismas. Es así como regreso a esta idea, haciendo un ejercicio de un viaje al futuro, me traslado esta vez a una fecha más adelante, un año en donde comenzaré a buscar rastros de ese paréntesis en la ciudad. 



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